JUICIO POR LA APROPIACION DE LA HIJA DE LOS DESAPARECIDOS MOYANO-POBLETE

AUDIENCIA 5 / DOS FAMILIAS UNIDAS POR UNA BÚSQUEDA

7-5-2021 | Declararon integrantes de las familias Moyano y Poblete. Adriana Moyano, hermana mayor de María del Carmen, relató la persecución que sufrió su familia por la militancia de “Pichona” y la búsqueda incansable de su padre Francisco. Elsa Poblete ofreció una semblanza de su hermano Carlos. Ambas aportaron la información que pudieron recabar sobre el nacimiento de Miriam y los últimos días de Pichona y Carlos a partir de testimonios de otras personas detenidas en los centros clandestinos de detención de La Perla y la ESMA. La próxima audiencia será el viernes 21 de mayo a las 9:30.

Adriana y Elsa narraron los episodios desde la perspectiva de dos familias vinculadas entre sí por la búsqueda. Recordaron a la pareja desaparecida y refirieron el camino hasta el encuentro con su sobrina.

El parto

Adriana Moyano declaró desde Mar del Plata. Comenzó narrando el nacimiento de Miriam en la ESMA. Pichona dio a luz junto a otra parturienta, Ana Rubel de Castro. Esto lo supieron por una carta que Sara Osatinsky mandó desde Suiza aún en dictadura. La mujer, también detenida, había presenciado los partos.

“Han pasado más de cuarenta años y me sigue doliendo”. Adriana relató que al pequeño, “Rubén” [Jorge Castro Rubel], lo enviaron a la Casa Cuna. “A Miriam la mandan a Mendoza. En teoría la iban a mandar a mi casa. Tenía un tío que trabajaba en Presidencia, por conocidos había hecho diligencias para que la niña llegara a mi familia”. Concretamente, a su padre Francisco. La madre de las hermanas Moyano había fallecido.

En Comodoro Py, luego de declarar en la megacausa por los delitos cometidos en la ESMA, una mujer se acercó a Adriana y le contó que la niña, Miriam, había nacido el 10 de junio, aunque fue anotada mucho después. También se enteró de que Pichona fue atendida por el partero de la maternidad de la ESMA, de apellido Magnacco. Primero se llevaron al bebe y la beba. A los pocos días las madres fueron retiradas por Pedro “Bolita”. Años después supieron que este sujeto “tenía un quiosco en Buenos Aires”, agregó la testigo. El dato que se repitió en el mencionado juicio era que a las personas detenidas en la ESMA las subían a un avión y las arrojaban al Río de la Plata.

Adriana Moyano

Al hijo de Ana Castro —que recuperó su identidad en 2014— lo conoció en Mendoza, en la presentación de un libro donde se hablaba de María del Carmen, realizado por el grupo que lleva su nombre. Eso fue poco tiempo antes del hallazgo de Miriam. Adriana relató que en esa ocasión le “saltaron las lágrimas” porque Jorge, nieto 116, nació con bajo peso pero estaba vivo. Entonces su sobrina, que “había nacido sana”, seguramente también.

“Mi hermana era un ser de luz”

El fiscal Daniel Rodríguez Infante le pidió a Adriana que hablara de María del Carmen. La mujer afirmó que su hermana “era un ser de luz”. Le decían “Pichona” porque era la menor de la familia. “Desde chicas nos enseñaron a ser solidarias con los otros, en la Iglesia estábamos en la Acción Católica, después en la Cruz Roja. Mi hermana y su grupo de amigos hicieron una acción solidaria en el barrio San Martín”.

María del Carmen estudiaba Bioquímica en la Universidad Maza, donde habían armado un grupo estudiantil. Luego se incorporó a la Juventud Peronista. La familia vivía en la calle Paraná. En la década del setenta, al volver del cine con una amiga, un día Pichona se encontró con la casa allanada pero logró escapar. Entonces estuvo itinerante en distintas casas de familiares hasta que se trasladó a San Juan con ayuda de un tío que residía en esa provincia.

Adriana relató que durante el allanamiento detuvieron a su padre, Francisco Moyano. Primero lo retuvieron en el Hospital del Carmen y luego pasó a la cárcel. “Para mi papá fue terrible esa situación”. Lo habían apresado “como rehén” para que se entregara Pichona, pero la familia se resistió: “Mi papá sabía las barbaridades que hacían en el Palacio Policial. Sabía que si caía una chica la apaleaban y violaban. Vio cómo le dieron terrible paliza a un muchacho que había sido director de Transporte, donde trabajaba mi hermana, por eso lo reconoció”, recordó.

Las capturas

En San Juan Pichona conoció a Carlos Poblete. “Se enamoraron y se unieron. Uno de mis tíos era sacerdote y les bendijo la unión. No se podían casar por los documentos”, explicó la testigo. Cuando María del Carmen se quedó embarazada, intentaron salir del país. Adriana refirió que la pareja estuvo en Buenos Aires en la casa de su abuela arreglando detalles. Querían tener a la bebé en otro lugar.

La última vez que estuvo con su hermana fue a principios de 1977. La pareja viajó a Mendoza en un “furgoncito” del correo, debajo de bolsas con cartas. El padre de Pichona había sido jefe de distrito del correo y logró que pasaran de esta forma los controles. En nuestra provincia se vieron con familiares y amistades. Adriana recuerda que dejaron regalos de Reyes Magos para sus hijos pequeños. Pichona llegó incluso a hacerse un control de embarazo con la médica Olga [Helga] Markstein de Tanenbaum. Numerosos testimonios de personas conocidas aseguran que para esa fecha vieron a María del Carmen embarazada.

Adriana explicó que la pareja fue detenida a la altura de Córdoba cuando se trasladaba a Capital Federal para salir del país. Inicialmente estuvieron en el Centro Clandestino de Detención La Perla. Esto lo supieron por el testimonio de Teresa Meschiatti, quien se comunicó con Francisco Moyano una vez recuperada la democracia. La testigo agregó: “Mi hermana estaba de casi ocho meses. Dicen que la van a trasladar a Mendoza, pero se la llevan a la ESMA. Carlos desaparece de La Perla. Lo mataron ahí, lo hicieron desaparecer”.

En la ESMA, “Miriam nació entre el ruido de cadenas”. Adriana declaró que Pichona dio a luz  encadenada: “Pasaron años y no pude leer ese testimonio sin llorar”. Por esta circunstancia, aseguró, puede entender el carácter “tozudo” de su sobrina. Respecto de los responsables de tanto sufrimiento, sostuvo: “No puedo llamarles humanos. Torturar, matar, violar. Los animales matan para sobrevivir. Ellos matan por odio. Son ‘seres’, no son humanos”.

La búsqueda

Francisco Moyano buscó intensamente. “Ayer recordaba el sufrimiento de mi padre. Iba mes a mes a presentar habeas corpus. Se recorrió todas las casas cuna del país buscando a Miriam”. También hizo gestiones con “alguna parte de la Iglesia”: Adriana explicó que ciertos sectores eran “muy cómplices de la dictadura”. “Se fue apagando su vida con la tristeza de no encontrarla”, sostuvo.

Ella, por su parte, se presentó “ingenuamente” en el Comando y en la Policía: “Se me reían en la cara”, aseguró.

La reconstrucción de un vínculo

Adriana refirió que el proceso de acercamiento con su sobrina fue paciente y no estuvo exento de dificultades. Inicialmente se contactaron por redes. Ocho meses más tarde se conocieron en Mendoza: “La esperamos con mucha alegría, toda la familia, a tomar el té en mi casa”, recordó. Después la invitó a pasar unos días con ella en Mar del Plata: “Vino con su niño, la pasamos muy bien”.

La mujer aseguró que “las relaciones no se pueden construir sobre mentiras”, por eso le cuesta entender el afecto que su sobrina siente por las personas que la apropiaron. “Nos conocemos poco. Pero es la hija de mi hermana y quiero tener una relación (…) Más allá de cualquier cosa que suceda, quiero reiterarle a Miriam que siempre voy a estar para ella”, concluyó.

Elsa Poblete

A continuación, declaró desde San Juan la hermana menor de Carlos Simón Poblete, Elsa, y lo recordó junto con su cuñada. Carlos era “un importante” estudiante de la Facultad de Ingeniería: “No solamente como alumno sino por su dedicación en el centro de estudiantes y su militancia social permanente”. Así fue como se conoció con María del Carmen “Pichona” Moyano. “Mi hermano no solamente estudiaba sino que destinaba su tiempo a pensar en el otro, en el necesitado, en ayudar, en trabajar para combatir el analfabetismo: daban clases por las noches en villas y barrios carenciados —se explayó—. Esta misión social para nosotros era un orgullo”.

Elsa Poblete, hermana de Carlos

Al poco tiempo de conocerse y conformarse como pareja, Carlos y Pichona vivieron un mes en la casa de Elsa. Sin embargo, por su militancia fueron víctimas de persecuciones y debieron pasar a la clandestinidad.  A mediados del 75, “la fuerza federal” —según palabras de la testigo— allanó esa vivienda mientras la pareja estaba de viaje en Mendoza. Nunca regresaron a ese domicilio y cortaron casi contacto con la familia Poblete. Todo lo que sabe es por libros u otras personas.

En octubre de 1976 a Elsa le llegó la noticia del embarazo de su cuñada. Supo que, a mediados de enero del 77, decidieron buscar otro lugar donde vivir, siempre en la clandestinidad. Sin embargo, en esa misión la pareja fue detenida y trasladada al CCD La Perla. “Los testigos de La Perla dicen que dormían en un colchón juntos los dos”, relató con cariño la testigo. Desde ahí desapareció Carlos “y mi cuñada fue llevada a la ESMA”.

El testimonio de Sara Osatinsky y el libro “Nunca más” le esclarecieron el destino de María del Carmen y también “sobre el nacimiento de nuestra sobrina en la ESMA”. Cuando empezó con contracciones, “Pichona” pidió a gritos que una de sus compañeras, Sara, estuviera con ella durante el parto. Los perpetradores accedieron pero mientras ella daba a luz, su amiga estuvo todo el tiempo encadenada de pies. “[Sara] Vivenció que nació una nena —confirmó Elsa Poblete—. En el 2017 la encontraron. Es Miriam y es nuestra sobrina de sangre”.

Luego del nacimiento, separaron a madre e hija. Dicen que a María del Carmen la hicieron escribir una carta pidiendo que la niña fuera con la familia biológica. “Llegó a Mendoza pero fue a parar a una familia de apropiadores”, lamentó la testigo.

La madre y el padre de la familia Poblete fallecieron cuando Elsa era muy chica. Así que se criaron entre hermanos y hermanas: las y los mayores —que tenían más de veinte años— cuidaban a quienes eran menores. En su familia “existía un miedo fuertísimo”, por eso recién llegada la democracia empezaron a tomar coraje e hicieron una presentación ante la justicia por Carlos y Pichona. Para esa fecha no sabían de la existencia de Miriam.

Durante la dictadura, asegura la testigo, el pionero de la búsqueda incesante de la pareja y su bebé fue el padre de María del Carmen, Francisco Moyano. Pero las familias siempre estuvieron en contacto: “Vivimos a la par los terribles años de incertidumbre y dolor. Tenemos esa sensación de sufrimiento. Dónde están, qué pasó y cosas inconclusas”, reflexionó Elsa Poblete.

Recién con la publicación del Nunca más, elaborado por la Conadep, supieron el destino de Carlos y Pichona, como también del nacimiento de su sobrina. Pudo conocerla en 2017, en la casa de Abuelas en Buenos Aires, “junto con su hermoso hijo”, sonrió Elsa.

La próxima audiencia será el viernes 21 de mayo a las 9:30.

ELSA POBLETE Y ADRIANA MOYANO DECLARARON EN EL JUICIO POR LA APROPIACIÓN DE SU SOBRINA

Que se haga justicia, porque mi sobrina se crió en otro ambiente que no era el de su familia”

Desde Abuelas de Plaza de Mayo se difundió una sintesis de los testimonios vertidos ante el Tribunal Oral Federal de Mendoza, tomará testimonio a las tías Adriana Moyano (hermana de María del Carmen) y Elsa Poblete (hermana de Carlos), en el juicio que busca condenar a los responsables de la apropiación de su sobrina, la hija de María del Carmen Moyano y de Carlos Poblete.

Los imputados son los apropiadores Iris Yolanda Luffi y Armando Osvaldo Fernández, oficial inspector en el Departamento de Informaciones (D-2), y Abelardo Santiago Garay, también integrante del D-2, quien falsificó su rol como testigo del nacimiento. El Tribunal Oral Federal I de Mendoza, conformado por los jueces Alberto Carelli, Héctor Cortez y Alejandro Piña, juzga a los tres imputados como coautores de los delitos de retención y ocultamiento, de supresión de identidad y falsificación de documentación de la hija de Poblete y Moyano.

TESTIMONIO DE ELSA POBLETE

Imagen

Elsa Poblete inició el relato y con él los recuerdos: “Pichona, María del Carmen Moyano, vino a San Juan, conoció a mi hermano, al poco tiempo se enamoraron, formaron una pareja y con el tiempo fueron buscados. Ellos pasaron a la clandestinidad y perdimos su paradero”
La familia Poblete se enteró del embarazo de María del Carmen, pero para entonces ya no los veían. “Sí sabíamos que Pichona estaba embarazada”. 
Sobre la búsqueda hace su reconocimiento a Francisco Moyano: “El padre de María del Carmen fue el pionero de esta búsqueda, de María del carme y su pareja, y por supuesto del bebe”. 
El relato sobre el parto de su cuñada es por sobrevivientes: “Cuando ella empieza sus primeras contracciones de parto, pide a gritos a una de sus compañeras, que era Sara, que la acompañe. Ante la súplica accedieron, fue de las primeras, porque antes no dejaban que las acompañen”
“Ella ahí, en la sala de torturas y de parto, tuvo a su hermosa criatura. Ella gritaba que por favor le quitaran las cadenas, pero no lo hicieron. Sí le permitieron que la acompañen y por eso sabemos que nació una niña. Que es nuestra sobrina, que en esta situación es Miriam”.
“Luego del parto la separan de la niña y la trasladan. A Carmen le hacen escribir una carta, le dicen que llevaran la niña a casa de su familia, a lo de Francisco. Pero no fue así. Llegó a Mendoza, pero no a su familia, sino a unos apropiadores, que es el motivo de este juicio”.
“Carlos, nuestro hermano era un importante estudiante de Ingeniería, digo importante no solo porque era buen estudiante, sino un importante militante social, que fue donde se conocieron con María del Carmen”. 
“Mi hermano era una persona preocupada por los otros, estudiaba, trabajaba y en sus horas libres dedicaba el tiempo a los demás, para nosotros era un orgullo”.
“El 28 de junio allanan nuestra casa. Ellos no estaban, estaban en Mendoza, y ya no volvimos a verlos, luego nos llegó la información, en octubre del 76, que ella ya estaba embarazada”. 
“Nuestra familia muy particular, sin padres, criados entre hermanos. Entonces, teníamos mucho miedo por eso después de que vino la democracia hicimos una primera presentación por mi hermano Carlos Poblete y por mi cuñada. Aún no sabíamos que había nacido nuestra sobrina”.
“Lo primero que nos enteramos sobre el nacimiento fue cuando se publicó el libro Nunca Más, y después lo confirmamos en los juicios. La lectura en diarios de los que iban declarando los testigos”.
“Conformamos una unión muy buena entre ambas familias. Nunca hemos perdido el contacto ambas familias, presentes los dos y con la misma búsqueda”
Se dirige a su sobrina Miriam: “Nuestro mensaje de amor es que se tome todo el tiempo, vamos a estar siempre esperando, para cuando quiera venir a conocer a su familia”.
Y concluye con un mensaje al Tribunal: “Que se haga justicia, porque mi sobrina se crio en otro ambiente que no era el de su familia”.

Testimonio de Adriana Moyano

Imagen

Imagen

Adriana Moyanó conta sobre el nacimiento de su sobrina. “Miriam nació en la ESMA, junto a otro niño. Al niño lo llevan a Casa Cuna y se lo apropia un médico que, y a Miriam la trasladan a Mendoza. Tengo la información de que la iban llevar a lo de mi padre, pero nunca llegó”.
Adriana conoció al niño que nació con Miriam en la ESMA, en la presentación de un libro, eso le dio esperanzas para encontrar a su sobrina. “Si vos estás vivo, mi sobrina también”, recuerda que le dijo a Jorge Castro Rubel, restituido en 2014.
“Miriam nació el 10 de junio, lo tengo por referencia de una testigo de su nacimiento, a la que conocí en Comodoro Py, en el otro juicio”. Adriana recuerda también el testimonio de Sara Osatinsky, quien envió a su padre una carta con información sobre el nacimiento:
“Decía que había nacido una niña. El represor Pedro Bolita se la llevó. La carta de Sara llegó antes de la democracia, ella estaba en suiza”.
“Ayer recordaba, los habeas corpus que hicimos. Mi papá se recorrió todas las casas cunas, buscando la niña. Y también conozco su tristeza, cómo su vida se fue apagando, hasta que creímos que las habían matado, antes de acceder al testimonio sobre su nacimiento”. 
Adriana recuerda los primeros pasos de María del Carmen por la militancia: “Mi hermana estaba estudiando bioquímica, tenía un grupo estudiantil, después se unió a la JP, porque a nosotros siempre nos enseñaron a ser solidarios con los otros”. 
Entonces la familia Moyano sufrió un allanamiento que terminó con la detención del padre: “A mi papá lo detuvieron más como rehén, le hicieron un expediente y cuando lo llaman a declarar, el mismo juez le dijo que era para que mi hermana se entregara”
“Pero mi papá ya sabía lo que hacían en el Palacio Policial, las violaban, las golpeaban, apaleaban a los chicos, por eso mi papá no quería que mi hermana se entregara”.
María del Carmen se fue a vivir a San Juan donde conoció a Carlos Poblete, de quién se enamoró: “un tío que era cura, bendijo su unión”. Pero en San juan también los empezaron perseguir y debieron pasar a la clandestinidad. “La idea de ellos era salir del país para tener su bebé”
“Previo a eso pasaron por Mendoza, me acuerdo que yo ya tenía los chicos, pasaron y quisieron dejar unos juguetes para reyes, esa fue la última vez que los vimos. La vimos embarazada”
“El tema fue que ellos salen de Mendoza y cuando se trasladaban a Buenos Aires los detienen en Córdoba, los trasladaron a al CCD La Perla, de ahí a Carlos lo trasladan y nunca más se supo de él, y allá la trasladan a la ESMA”.
“El cautiverio de mi hermana lo supimos por Sara Osatinsky, que contó sobre el nacimiento de mi sobrina, nació entre ruidos de cadena. Por eso a veces puedo entender lo que le pasa a Miriam”.
Adriana resalta lo dolorosos que ha sido para todos estos años: “Mas allá de cualquier cosa, de lo que suceda yo quiero volver a recordarle a Miriam que siempre voy a estar para ella, como sea, siempre voy a estar para ella”, concluye.

El caso

María del Carmen “Pichona” Moyano nació en Godoy Cruz, Mendoza. Luego de un primer allanamiento a su domicilio, a raíz de su labor en la villa San Martín, decidió mudarse a San Juan. Allí formó pareja con Carlos Poblete, con quien compartió militancia en Montoneros.

Entre abril y mayo de 1977, Pichona y Carlos fueron secuestrados en Córdoba. Ella estaba embarazada de entre ocho y nueve meses. La pareja fue vista por sobrevivientes en el centro clandestino de detención La Perla, en Córdoba. Luego, Pichona fue trasladada a la ESMA, donde dio a luz a una niña en un parto atendido por el médico represor Jorge Luis Magnacco.

Desde su secuestro, las familias iniciaron la búsqueda y presentaron en Abuelas el caso por la desaparición de la pareja y su bebé.

En 2012, la Comisión Hermanos de la agrupación H.I.J.O.S Mendoza radicó una denuncia ante la Oficina Fiscal de Asistencia en causas por violaciones a los derechos humanos cometidas durante el terrorismo de Estado sobre posibles casos de personas que podrían ser hijas de desaparecidos. Entre ellas, se encontraba la de la mujer apropiada por Fernández y Luffi.

A partir de diversas medidas con intervención de la Unidad de Derechos Humanos de Mendoza, el Juzgado Federal N° 1 de esa provincia ordenó la prueba en el Banco Nacional de Datos Genéticos, que determinó que la mujer anotada como hija propia por Fernández y Luffi es la hija del matrimonio Moyano-Poblete.

JUICIO POR LA APROPIACION DE LA HIJA DE LOS DESAPARECIDOS MOYANO-POBLETE

AUDIENCIA 4 / EL TESTIMONIO DE MIRIAM EN EL JUICIO POR SU APROPIACIÓN

23-4-2021 | Declaró brevemente en juicio la principal víctima de esta causa: Miriam Lourdes, hija de “Pichona” Moyano y Carlos Poblete, nacida en la ESMA y apropiada por el exagente de inteligencia Armando Fernández y su esposa, Iris Luffi. La mujer conoció su identidad en 2017 luego del análisis genético al que inicialmente se resistió. Fiscalía y querella omitieron interrogarla para no revictimizar, no así las defensas. La próxima audiencia será el 7 de mayo a las 9:30.

Antes de oír el único testimonio de la jornada, Alejandro Piña, presidente del tribunal, consultó si las partes estaban de acuerdo en omitir la lectura del requerimiento de elevación a juicio de la querella de Abuelas de Plaza de Mayo. Como el documento no difiere sustancialmente con el del Ministerio Púbico Fiscal, la abogada querellante Viviana Beigel, al igual que fiscalía y defensas, mostró conformidad. Se declaró entonces abierto el debate. El juez Piña ofreció la palabra a las personas imputadas pero decidieron abstenerse. Se leyó luego la breve declaración de Santiago Abelardo Garay en instancia de ampliación indagatoria que se refirió la audiencia pasada al leer la requisitoria.

Las palabras de la nieta 127

Miriam Lourdes Fernández declaró en sala. Relató a pedido del tribunal parte de su vida: “Soy la cuarta hija de un matrimonio, mis padres adoptivos [Armando Fernández e Iris Luffi] tienen tres hijos varones y tres hijas mujeres”, comenzó. “Mi infancia fue hermosa, rodeada de una familia con hermanos, en un barrio, como cualquier niño normal”. En la adolescencia, “cuando tuve más noción de la vida fueron surgiendo dudas sobre mi identidad y mi vida. Con mis hermanos lo charlábamos mucho”. Explicó que entrada la secundaria la duda fue mayor: “Decidí enfrentar a mi papá y preguntarle mi historia, si era hija biológica de ellos (…) Me dijo que no, y me contó su historia. Fue una charla entre los dos. Yo con mi papá tenía mucha confianza y hablaba mucho. Me contó qué había pasado y me dijo que él iba a apoyarme en la decisión que tomara para saber mi historia”.

Miriam no quiso averiguar más: “Le dije que no me interesaba, que yo estaba bien así, que era feliz y que iba a seguir esa vida”. Agregó que sus hermanos y hermanas no entendían esa negativa. “Hasta el día que supe del ADN no me interesó saber sobre mi origen. Es más, traté muchas veces de evitar que se supiera”. Explicó que con Iris Luffi no pudo hablarlo porque era “más susceptible”: “Ahora que soy madre puedo llegar a entender esos silencios y respetarlos”, sostuvo. “A mi mamá la tuve al margen”, concluyó.

En cuanto a su presencia en los juicios donde se juzgó a Fernández, declaró que se expuso para interiorizarse: “Conocí mucho la historia”. Respondió al tribunal que asistía a todas las audiencias: “Escuché todo (…) No me llamó la atención”.

Cuando su hijo tuvo una “edad madura para entender la situación”, a sus catorce, decidió contarle. “Fue antes de que saltara mi identidad. Tenía derecho a saber mi historia, por más de que yo no la supiera completa, sabía de dónde venía”, explicó. Le dijo que era adoptada y que era un tema muy delicado y aclaró que ella “iba a hacer” a medida que el niño necesitara “conectar” con su identidad. Según la mujer, a él tampoco le hizo falta.

El presidente Piña quiso saber cómo había sido el proceso para llegar al ADN. Miriam refirió que fue a través de una denuncia en 2012. Años más tarde, en 2017, llegó una notificación a su casa: “Habían llegado varias (…) pero nunca lo asocié a lo mío, lo asocie con lo de mi papá”. Un día se cruzó con la persona que la entregaba. El documento “no decía nada”: “Como ya conocía mi historia y sabía cómo se manejaba esto, llamé a los abogados”, continuó. Le indicaron que era un procedimiento normal, pero ella siguió investigando. Se enteró de que venía gente de Buenos Aires a hacerle el ADN: “Yo no quise, prácticamente me escapé”. Preguntó en el juzgado si era obligatorio y como la respuesta fue negativa, no se presentó. Tres meses después volvieron a notificarla. “No puedo estar ocultándome y actuando como una delincuente que no soy”, pensó.  Les dijo a sus padres que su decisión era “hacerle frente” a lo que viniera.

Por último, relató que en octubre de 2017 le hicieron el análisis de ADN y en diciembre de ese año el juez le informó sobre su origen. Piña consultó si tenía contacto con la familia biológica y Miriam aclaró que únicamente mantenía relación con la familia materna.

No revictimizar

Cuando fue el turno de realizar preguntas, tanto la fiscalía como la querella decidieron abstenerse. Rodríguez Infante señaló que era un juicio difícil, que la mujer era testigo-víctima y tenía vínculo con las personas acusadas y le agradeció su testimonio. En la misma dirección, Viviana Beigel destacó que la intención de la querella era no revictimizar.

Por el contrario, la defensa indagó sobre cuestiones familiares. Miriam se explayó: “Desde los dieciséis años, en mi cabeza juzgué y prejuzgué la situación de mis padres biológicos y adoptivos. Llegué a una etapa donde dije ‘hay que conciliar, hay que hacerse cargo de su historia’ (…) Al principio estaba muy reacia a toda mi historia y todo mi origen. Aflojé y permití conocer mi historia. Parte de eso fue irme a la ESMA, conectarme donde estuve, donde nací (…) Yo creo que ahí fue el click que me hizo decir ‘soy parte de la historia y me tengo que hacer cargo’. Y concluyó: “Me costó mucho conectar”.

Explicó que pudo vincularse con la familia biológica materna: “Hay cosas buenas, logré conectar con una tía, una hermana de mi mamá. Obviamente la relación es muy difícil. Tenemos que ser muy cuidadosas las dos para no herir susceptibilidades de un lado y del otro (…) En teoría está todo bien. Ella actualmente está viviendo en Mar del Plata, la pandemia y la distancia no permiten que formemos lazos”. También se refirió a la “lucha genuina de Abuelas de encontrar a los nietos”. “Lo apoyo y es súper valioso”, sostuvo.

El defensor oficial Santiago Bahamondes preguntó si alguien de su entorno habló sobre apropiación o mencionó que había nacido en la ESMA. Miriam negó que Armando Fernández conociera su origen: “Si supiera obviamente hubiera hecho algo para restituirme (…) Después de tres hijos varones y con un hermano de un añito, no tenía mucho sentido apropiarse de una niña si no hubiera otras causas”. Remarcó que la decisión de no hablar más del tema en la familia fue de ella. Con sus hermanos, con otra confianza y en otro contexto, sí lo conversó.

Terminó su declaración indicando que estaba “luchando” por el apellido y que Fernández, después de verla sufrir por esa situación, le recomendó que lo cambiara, porque eso no modificaba su pertenencia familiar. La mujer explicó que una apropiación involucra a mucha gente, no solo a quienes la “adoptaron”, y que ella buscaba “preservar” a su familia.

La próxima audiencia será el viernes 7 de mayo a las 9:30.

AUDIENCIA 3 / TERMINÓ LA LECTURA DEL REQUERIMIENTO DEL MINISTERIO PÚBLICO FISCAL

JUICIO A LOS  APROPIADORES  DE LA HIJA DE  MOYANO-POBLETE
AUDIENCIA 3 / TERMINÓ LA LECTURA DEL REQUERIMIENTO DEL MINISTERIO PÚBLICO FISCAL
Publicado el 10 abril, 2021Por colectivojuiciosmendoza
09-4-2021 | Concluyó la lectura del pedido de elevación a juicio por la apropiación de Miriam Lourdes, hija de Carlos Poblete y “Pichona” Moyano. Se conoció la responsabilidad penal de las tres personas imputadas y se describieron las figuras penales que se les adjudican. Por último, se oyeron las imputaciones específicas. La próxima audiencia será el viernes 23 de abril a las 9:30.
 
La secretaría del tribunal retomó la lectura del requerimiento de elevación a juicio desde el punto en que se detuvo hace dos semanas, cuando comenzó a reconstruirse el rol de Armando Fernández en el Departamento de Informaciones (D2) de la Policía.
 
Fernández, pieza clave de inteligencia del D2
 
Se especializó en Información e Inteligencia, como demuestran los cursos que realizó y que constan en su legajo, e impartió luego esos contenidos dentro de la Policía. Era Fernández quien firmaba muchos de los allanamientos a domicilios considerados “subversivos” y participó directamente de múltiples detenciones. Por citar dos casos de personas que continúan desaparecidas, el imputado llamó por teléfono a Roberto Blanco para que se presentara al D2, el hombre acudió a la cita y nunca salió del Palacio Policial; tampoco se supo más de Albino Pérez luego de su secuestro, cuyo sumario de detención también lo instruyó Fernández. Las máximas autoridades de este departamento, Pedro Sánchez Camargo y Juan Agustín Oyarzábal —jefe y subjefe respectivamente—, reconocieron su función de enlace de inteligencia con otras fuerzas junto a Eduardo “el ruso” Smaha.
 
En síntesis, el requerimiento destaca que Fernández fue condenado en dos ocasiones por el Tribunal Oral Federal 1 (TOF 1) de Mendoza a la pena de prisión perpetua y a veinte años de prisión por crímenes de lesa humanidad. Los delitos de apropiación que se investigan en este juicio tienen relación directa con su rol central en el esquema represivo de nuestra provincia.
 
Fernández inscribió a Miriam como hija propia, por lo que se le imputan los delitos de retención y ocultamiento, además de alteración de documentación pública. Esto impidió que la familia biológica de la niña la encontrara luego de los secuestros de Moyano y Poblete y que la víctima recuperara su verdadera identidad durante cuarenta años.
 
El rol de Iris Yolanda Luffy
 
La esposa de Fernández, Iris Yolanda Luffy, también debe responder por la retención y el ocultamiento de la niña, así como la alteración de documentos públicos: al inscribirla como hija biológica con una partida de nacimiento falsa se obtuvo el documento de identidad de Miriam con el apellido Fernández. Luffy conocía el “contexto de acción” en el que se desarrolló el delito y que la bebé tenía vinculación con las funciones de su esposo.
 
El descargo de Garay
 
El texto del Ministerio Público Fiscal incluyó un análisis del descargo realizado por Abelardo Garay en la instancia de ampliación indagatoria previa al juicio —Luffy y Fernández se abstuvieron de declarar—. En esa ocasión, refirió que su vecino Fernández —con el que tenía amistad— lo había llamado como testigo del nacimiento de una niña, hija de una empleada doméstica que había dado a luz en su domicilio. Como la mujer no podía mantenerla, Garay entendió que al inscribirla como propia Fernández estaba haciendo una obra de bien.
 
 
La fiscalía consideró que esta declaración buscaba mejorar la situación procesal del imputado pero la irregularidad del hecho era manifiesta, sobre todo por el rol de Garay en el esquema represivo y el conocimiento de la función de Fernández y Smaha —el otro testigo— en el D2. El imputado sabía perfectamente cuál era el origen de la niña y la situación de su familia biológica. Además, reconoció una relación de amistad con Fernández pero omitió mencionar que ambos integraban la fuerza policial, verdadera razón del vínculo que le garantizó a Fernández el secreto del delito. Finalmente, no se trató de una mera “adopción ilegal”, como quiso sugerir Garay, sino de una apropiación en el marco del terrorismo de Estado.
 
Calificación legal
 
El pedido de elevación a juicio describió los tipos penales adjudicados a las personas imputadas: retención y el ocultamiento de una menor de diez años, alteración del estado civil de la misma y falsedad ideológica.
 
En primer lugar, se les imputa la retención y el ocultamiento de una menor de diez años (artículo 46 del Código Penal) por cuanto mantuvieron fuera de la custodia de su familia biológica a la niña luego de la sustracción, escondieron su ubicación e impidieron el restablecimiento del vínculo hasta los resultados del análisis de histocompatibilidad que realizó el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) en 2017. Por los mismos delitos de retención y ocultamiento, Miriam nunca se planteó indagar sobre sus orígenes: ocultar también es negar información que le permita a la víctima conocer su verdadera identidad.
Ambos delitos son permanentes y solo cesan cuando esa información es revelada por cualquier fuente y puede restablecerse el vínculo familiar. Por esta razón, la fiscalía consideró que debe aplicarse la ley 24410, sancionada en 1995, que modificó la escala de las penas correspondientes a estas figuras. En la reciente revisión de la sentencia por la apropiación de Claudia Domínguez Castro, el TOF 1 adhirió a este criterio.
 
En cuanto al dolo, quedó probado por la multiplicidad de actos públicos y privados que expusieron socialmente la identidad falsa de Miriam a lo largo de los años. Fernández, Luffy y Garay tuvieron la clara intención de despojar a la niña del amparo y la tutela de sus progenitores para lograr su apropiación.
 
Por su parte, la alteración del estado civil de una menor de diez años según el texto original del código al momento de la comisión del delito (artículo 139 inc. 2), comprende tres acciones: hacer incierto —que no pueda ser conocido con certeza por la víctima y terceras personas—, alterar —cambiar o sustituir— o suprimir —quitarlo sin imponer otro— el estado civil de la menor. Estos delitos pueden lograrse por diversos actos.
 
En el caso de Miriam, mediante los secuestros de su padre y su madre y el cautiverio de esta última hasta el parto y la posterior sustracción de la bebé. También mantuvieron a la niña lejos de la custodia de su familia y ocultaron su verdadero origen. Finalmente la emplazaron en un nuevo núcleo familiar y social con la falsificación de los documentos públicos que acreditaban su identidad.
 
El 18 de julio de 1977 se consumó el delito de alteración de la identidad cuando Miriam fue inscripta como hija biológica del matrimonio Fernández-Luffy en el Registro Civil de la provincia, con datos falsos de nombre, progenitores, fecha y lugar de nacimiento. Con esa partida de nacimiento adulterada la pareja obtuvo un documento de identidad también adulterado.
 
Si bien Fernández realizó la inscripción, no podría haberlo hecho sin el consentimiento de su esposa ni los testimonios falsos de Garay y Smaha, que acreditaron ante el Estado un parto domiciliario que no existió y, por tanto, una relación filial que no era tal. El dolo de las tres personas imputadas queda comprobado con tales hechos.
 
Por último, les corresponde responder por el delito de falsedad ideológica (artículo 293, del Código Penal) según redacción de la ley 20642, vigente al momento de la inscripción en el registro con datos falsos. Se considera agravado por tratarse de documentación pública destinada a acreditar la identidad: partida de nacimiento y documento nacional de identidad. El requerimiento explicó que la identidad se compone de una multiplicidad de elementos como el lugar y la fecha de nacimiento y los nombres de la madre y del padre. Todos se vinculan con el nacimiento y la relación filial y forman parte de la identidad de una persona, que se acredita con la partida de nacimiento, previa al DNI.
 
Concurso ideal
 
Los tres delitos se les imputan a las personas acusadas en concurso ideal. La fiscalía argumentó en su pedido que las conductas ilícitas respondieron a un plan que les dio unidad de sentido y que tuvo un mismo y único objetivo criminal: la apropiación de Miriam. Aunque las acciones hayan ocurrido en distinto tiempo y espacio, fueron instrumentos para una resolución común.
 
En conclusión, Armando Fernández, Iris Yolanda Luffy y Abelardo Garay deber responder como coautores de los siguientes delitos, en concurso ideal:
 
-Retención y ocultamiento de una menor de 10 años;
 
-Alteración del estado civil de una menor de 10 años;
 
-Falsedad ideológica de documentos públicos destinados a acreditar la identidad.
 
La próxima audiencia será el viernes 23 de abril a las 9:30
 

JUICIO A LOS APROPIADORES DE LA HIJA DE POBLETE-MOYANO

AUDIENCIA 2 / EN LA FAMILIA FERNÁNDEZ “HAY HIJOS QUE NO SON HIJOS”

26-03-2021 | Se leyó la mayor parte del requerimiento de elevación a juicio, que comienza con el repaso del delito de apropiación de niños y niñas. A continuación se refirió el secuestro del matrimonio Poblete-Moyano y las circunstancias del nacimiento y apropiación de su hija. Finalmente, se reconstruyó el organigrama del aparato represivo y la responsabilidad de dos de los imputados. La próxima audiencia es el viernes 9 de abril a las 9:30

Luego de la audiencia anterior, en la que se conocieron las partes y se identificó a las personas imputadas, comenzó la lectura del requerimiento de elevación a juicio presentado por la fiscalía. El secretario del tribunal, Esteban Faoro, fue el encargado de esta tarea.

El tribunal decidió no leer en esta ocasión la primera parte del requerimiento, que narra el contexto histórico general, ya que ha sido relatada en más de una ocasión en juicios anteriores, e incluso referida como parte de los alegatos. Por eso se abordó directamente el segundo punto, relacionado con el contexto particular de la apropiación de niños y niñas.

Contexto vinculado con la apropiación de niños y niñas

El plan represivo estatal orquestado por la última dictadura se concretó, también, a través a la apropiación de hijas e hijos de las personas detenidas, secuestradas y, casi en la totalidad de los casos, desaparecidas. El hecho estuvo consumado cuando, luego de robar a los niños y niñas, se les privó de su identidad, de la crianza en su familia biológica y del conocimiento acerca del paradero de padres y madres desaparecidas.

Para hacer referencia a este punto, el requerimiento trajo a colación la sentencia por la causa “Franco” del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 6 de la Capital Federal, conocida como “Plan sistemático de apropiación de menores”. El fallo acredita la existencia de una “práctica sistemática y generalizada de sustracción, retención y ocultamiento de menores de diez años”.

La característica en común es que todos estos hechos se producían en absoluta clandestinidad y solo se ha llegado a reconstruir parcialmente la trama. Los y las menores siempre fueron retenidas en situaciones donde intervinieron las fuerzas estatales y, a pesar de que sus familias reclamaban por ellas, nunca fueron entregados. La información reunida fue producto de la búsqueda de las familias o de los organismos de derechos humanos.

Existe jurisprudencia nacional e internacional para considerar la apropiación de menores como un delito de lesa humanidad. Por el contexto de violación de derechos humanos sistemático y generalizado, se desprende la imprescriptibilidad a la hora de ser juzgados.

Un ejemplo es lo resuelto por la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal en la sentencia “Ricchiuti”, que llegó a la conclusión de que estos delitos habían sido cometidos en el marco del delito de lesa humanidad de persecución, en este caso, por razones políticas. La apropiación es una consecuencia directa de la desaparición de los/las progenitores.

Porque, de hecho, “al menos en los casos en los que la persona colocada en esa situación de desaparición da a luz un hijo durante su cautiverio”, se ocultan datos de las condiciones y lugar del nacimiento y la identidad de la madre, como también se elaboran documentos ideológicamente falsos que borran todo registro para que ni la mujer ni su hijo o hija puedan ser rastreadas.

A nivel internacional, la Corte Interamericana de Derechos Humanos también abordó el tema de la sustracción de menores y la sustitución de identidad. Particularmente, el requerimiento nombra el caso de la nieta de Juan Gelman, María Macarena Gelman, y sostiene que el delito “solo cesa cuando la verdad sobre su identidad es revelada por cualquier medio y se garantizan a la víctima las posibilidades jurídicas y fácticas de recuperar su verdadera identidad”.

Los hechos de este juicio

Algunos hechos del secuestro de María del Carmen Moyano y Carlos Poblete, y de la apropiación de su hija, ya han sido investigados por el Tribunal 6 de la Capital Federal. En la sentencia antes mencionada se detalló que la hija del matrimonio nació alrededor de junio de 1977 en la ESMA, donde estaba clandestinamente alojada su madre, quien, cuando fue secuestrada en abril o mayo de ese año, cursaba un embarazo de aproximadamente siete meses de gestación.

La pareja era investigada por la Dirección de Inteligencia de la Provincia de Buenos Aires (DIPBA) desde 1975 y tenían fichas personales con la carátula “DS” (delincuente subversivo). Adriana Moyano, hermana de “Pichona”, fue un testimonio clave en aquel juicio, en el que declaró que “Pichona” militaba en la Juventud Peronista (JP) y vivía en Mendoza junto con su papá y su mamá. A fines del 75, las fuerzas de seguridad allanaron esa casa y detuvieron a su padre.

El hombre, por su trabajo como telegrafista de la Policía de Mendoza, tenía conocimiento de la represión clandestina e hizo llegar el mensaje a María del Carmen de que no regresara a su domicilio. Por tener familiares en San Juan, “Pichona” se mudó a esa provincia y conoció a Carlos Poblete, quien sería su pareja, también militante de la JP. Adriana relató que tenían contacto en la clandestinidad y vio a su hermana por última vez en febrero o marzo del 76, cuando ya el embarazo estaba avanzado.

La pareja había tomado la decisión de salir del país, pero para eso debían, primero, llegar a Buenos Aires, donde se encontrarían con personas que se lo posibilitarían. La familia, hasta llegada la democracia, pensó que lo habían conseguido. Pero la detención se había producido en el camino, en Córdoba.

Según diversos testimonios -Graciela Susana Geuna, Teresa Meschiatti-, luego de varios días en el CCD “La Perla”, trasladaron a María del Carmen en una ambulancia con la excusa de que la llevarían a Mendoza para que diera a luz pero fue derivada a la ESMA. Allí compartió cautiverio con otra mujer embarazada, Ana Rubel de Castro, con quien fue trasladada unos ocho o diez días después del parto, después de que un tal “Pedro Bolita” se llevara a sus hija e hijo.

Sara Solarz de Osatinsky y Ana María Martí, sobrevivientes, ayudaron a María del Carmen en el parto y son testimonios fundamentales de esta causa. En el tercer piso de la ESMA –“capucha” –, Solarz estuvo detenida con tres mujeres embarazadas: Ana Rubel, María del Carmen “Pichona” Moyano e Hilda “Cori” Pérez de Donda. La sobreviviente contó que, a pedido de Pichona, acompañó su parto en el mes de junio, en la enfermería de aquel CCD.

Moyano permaneció ocho o diez días en la pieza de embarazadas luego de dar a luz a su hija y, luego de que Rubel tuviera a su hijo, fueron trasladadas juntas, sin sus bebés, al Tercer Cuerpo del Ejército. Las cautivas, al parecer, no dependían del Grupo de Tareas 3 que operaba en la ESMA, sino que estaban allí por una especie de división de tareas, ya que en ese CCD funcionó la maternidad clandestina más grande de la dictadura.

Un largo camino para conseguir la restitución de la identidad de Miriam Lourdes

Una denuncia realizada por la comisión Hermanos de la agrupación HIJOS puso en conocimiento del suceso a la fiscalía. Por dos vías, les había llegado la información de que Miriam Lourdes Fernández había sido apropiada por Armando Osvaldo Fernández.

La primera fuente cuenta que Iris Yolanda Luffi, esposa de Fernández, cuando él fue detenido dijo que Miriam no era hija biológica del matrimonio, sino que había sido traída por su “padre” una noche. La segunda fuente es otra testigo que señaló que un familiar de Fernández manifestó “yo no puedo hablar, pero en esta familia hay hijos que no son hijos”.

De hecho, el nacimiento de Miriam fue acreditado ante el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas sin certificado médico de nacimiento sino por procedimiento de inscripción con testigos. Los datos de las circunstancias de su nacimiento son falsos.

Otra pista en esta búsqueda la dio el hecho de que quien fue inscripto como padre biológico de la víctima de este juicio “fue un integrante relevante en el accionar represivo en la provincia de Mendoza, condenado a prisión perpetua en función de múltiples delitos, y acusado en otras diversas causas”. Uno de los testigos del nacimiento, Eduardo Smaha, actualmente está fallecido, pero también fue condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad; el otro, Abelardo Santiago Garay, también integraba el D2.

Con estos antecedentes, el Ministerio Público Fiscal solicitó a Miriam la realización del estudio de ADN y la muestra de parte del Banco Nacional de Datos Genéticos fue tomado en presencia de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi). Las muestras extraídas presentaron un nexo biológico con el grupo familiar Poblete-Moyano de 99,999999%.

El juzgado de instrucción de Mendoza resolvió que la inscripta como “Miriam Lourdes Fernández” es hija de Carlos Poblete y María del Carmen Moyano. También declaró la falsedad ideológica de la partida de nacimiento y pidió su rectificación, tanto en lo referido a sus progenitores como en el lugar de nacimiento.

El rol de la ESMA

En los delitos vinculados con la apropiación de niños y niñas, la Escuela de Mecánica de la Armada tuvo un rol fundamental. A este lugar se le asignó, en 1975,  la misión de “operar ofensivamente contra la subversión”, bajo control del Primer Cuerpo de Ejército.

En el Casino de Oficiales de la ESMA funcionó el centro clandestino de detención. Tenía tres pisos y un sótano donde estaban las salas de torturas y la enfermería. “Capucha” era el lugar donde permanecían las personas detenidas la mayor cantidad de tiempo. En el mismo piso había una sala para guardar todos los objetos robados en los allanamientos –“el pañol”–, “la pecera”, donde usaban a las personas secuestradas como mano de obra esclava y en el pasillo estaba “la habitación de embarazadas”.

Los testimonios permiten acreditar que “las instalaciones y personal de la ESMA fueron utilizados para atender los embarazos y partos de mujeres” que fueron secuestradas tanto por el Grupo de Tareas 3 y el Servicio de Inteligencia Naval que allí funcionaron, como también por otras fuerzas y grupos de tareas de diversas jurisdicciones que trasladaban a las mujeres embarazadas al Casino de Suboficiales de la ESMA cuando se encontraban próximas a dar a luz.

El médico ginecólogo del Hospital Naval Dr. Jorge Magnacco fue quien atendió la mayoría de los partos que se realizaron allí. Las mujeres eran ayudadas generalmente por otras prisioneras.

Una vez nacida la criatura, la madre permanecía poco tiempo en este CCD. Se les solicitaba, antes de su traslado, escribir una carta que supuestamente acompañaría al niño o niña cuando llegara con sus familiares junto con un moisés. Luego, las madres eran trasladadas de la ESMA y sus bebés, víctimas de apropiación.

Más allá de que la ESMA se encargó de los partos, “si las mujeres provenían de otras fuerzas, eran retiradas de allí por esta, configurándose así en fuerza de pertenencia de las jóvenes, y de sus niños recién nacidos, siendo su supuesto destino, el lugar de cautiverio anterior”.

Responsabilidad penal

Para explicar la responsabilidad penal de las personas procesadas, el requerimiento repasó el organigrama y estructura del aparato represivo estatal: jefes y subjefes de las distintas fuerzas armadas y de seguridad, con Luciano B. Menéndez como autoridad máxima, en tanto comandante del Tercer Cuerpo de Ejército, radicado en Córdoba.

El Departamento de Informaciones 2 de la Policía de Mendoza (D2) estuvo a cargo de Sánchez Camargo, Oyarzábal, Miranda y Bruno. En esa estructura, Smaha, Fernández y Garay eran personas de suma importancia y tenían clara injerencia en tareas de inteligencia. Los dos primeros participaban de la Comunidad Informativa, es decir, como enlace con las inteligencias del resto de las fuerzas.

El D2 fue protagonista de la denominada “lucha antisubversiva”. No solo recogió información y elaboró legajos personales contra quienes perseguían políticamente. Por contar con los hombres, los medios y la infraestructura, alojó al más importante centro clandestino de detención de Mendoza.

La responsabilidad de las personas imputadas

Abelardo Santiago Garay prestó funciones en el D2 desde el 18 de junio de 1976 hasta el 26 de junio de 1977, momento en el que pasó a la Dirección de Tránsito. En ese tiempo, realizó un curso sobre en la Escuela Superior de Policía y también fue destinado en comisión al Comando de la Octava Brigada de Infantería de Montaña, donde prestó servicios en la División II de inteligencia. En su desempeño se caracterizó por ser la articulación con la inteligencia y las operaciones conjuntas entre el D2 y el Comando. Fue calificado por el teniente Maradona como “sobresaliente”, “por haber demostrado idoneidad profesional, conocimiento de la tarea de inteligencia, espíritu de colaboración, voluntad y sacrificio, unidos a la lealtad evidenciada en todo momento”.

Es decir, Garay cumplió funciones operativas de inteligencia durante el secuestro, la detención y el parto de María del Carmen, y durante la apropiación de Miriam. “No es la primera vez que se prueba que integrantes de las áreas de inteligencia de las fuerzas armadas intervienen directa y personalmente en delitos de esta naturaleza”.

Como es conocido, Armando Osvaldo Fernández se desempeñó como oficial inspector del D2 desde el 8 de marzo del 71 hasta el 2 de febrero del 79, momento en el que fue trasladado a Comunicaciones. Regresó al D2 el 1 de abril de 1980. Cumplió funciones de enlace entre el D2 y la autoridad policial. También trabajaba con el Destacamento 162/144 de inteligencia y el centro de operaciones tácticas (COT).

La felicitación del jefe de la Policía consta en su legajo y deja a la luz la centralidad de Fernández en el aparato represivo: “Sr. Jefe de Policía felicita y recomienda a la consideración del personal, al causante, quien conjuntamente con demás integrantes del D-2, lograron detectar, desbaratar y posteriormente aprehender a una célula de delincuentes subversivos que actuaban en nuestro medio”.

Antes de terminar con la responsabilidad concreta de Fernández, la lectura fue pausada hasta la próxima audiencia, que será el 9 de abril a las 9:30.

Juzgan en Mendoza a tres personas por la apropiación de la hija biológica de Carlos Poblete y María del Carmen Moyano

10° JUICIO MENDOZA A LOS APROPIADORES DE LA NIETA 127
AUDIENCIA 1 / BREVE IDENTIFICACIÓN
El juicio por la apropiación de la hija de María del Carmen Moyano y Carlos Poblete tuvo su primera jornada. El Tribunal Oral Federal 1 se limitó a identificar a las tres personas acusadas. La próxima audiencia será el viernes 26 de marzo a las 9:30.
El juez Alejandro Piña informó que el tribunal debía recibir los resultados de cierta pericia para poder continuar con el desarrollo del debate. Por lo tanto, la audiencia inaugural del segundo juicio por apropiación de nuestra provincia se extendió apenas unos minutos, en los cuales se corroboraron los datos de las personas imputadas: Armando Osvaldo Fernández —nacido en San Juan y retirado de la Policía de Mendoza como comisario general—, su esposa Iris Yolanda Luffi y el también policía Abelardo Santiago Garay —que se jubiló con el cargo de comisario inspector—.
El tribunal está integrado por la jueza Paula Marisi y los jueces Alberto Carelli y Alejandro Piña. Este último es quien preside. Por la querella estuvo presente Emanuel Lovelli, abogado de Abuelas de Plaza de Mayo, Viviana Beigel, del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos; y por la fiscalía, Daniel Rodríguez Infante. La defensa oficial estuvo representada por Santiago Bahamondes.
El fiscal general Dante Vega y el auxiliar fiscal Daniel Rodríguez Infante representan al MPF
De acuerdo a la acusación, la víctima nació en la ESMA tras el secuestro de su padre y su madre, embarazada de siete meses, y fue entregada a una pareja que se encuentra entre los imputados. La nieta N°127 recuperó su identidad a fines de 2017.

De acuerdo a la pieza acusatoria formulada por el MPF en agosto de 2019, las circunstancias en que se produjo la apropiación de la víctima fueron tratados en el juicio oral y público celebrado ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°6 de la Capital Federal, conocido como “Plan Sistemático”, que tuvo sentencia en julio de 2012. Allí se consignó que la hija de María del Carmen Moyano y Carlos Simón Poblete “nació aproximadamente en el mes de junio del año 1977 en instalaciones de la E.S.M.A. Su madre, de 23 años de edad, permanecía allí privada ilegítimamente de su libertad desde que fuera trasladada allí clandestinamente en el mes de mayo de ese año, desde el centro de detención denominado ‘la Perla’, sito en la Provincia de Córdoba. La joven fue secuestrada entre los meses de abril y mayo de 1977 junto a su pareja, Carlos Poblete, época en que la joven cursaba el séptimo mes de gestación aproximadamente. La niña, fue arrancada de los brazos de su madre aproximadamente a los ocho días de nacida, siendo sustraída de la custodia de sus progenitores, y no fue entregada a sus familiares biológicos”.

Se precisaba en esa pieza judicial que la pareja “fue investigada por la Ex Dirección de Inteligencia de la Provincia de Buenos Aires (DIPBA) y contaba con fichas personales bajo la denominación ‘DS’, lo cual significaba delincuente subversivo, además en lo que respecta a los antecedentes sociales de María del Carmen Moyano se consignaba que pertenecía a Montoneros”.

La investigación que ahora será tratada en juicio oral se robusteció luego de la incorporación de diversos elementos de prueba -documentales y testimoniales-, que llevaron al MPF a postular en diciembre de 2016 la realización del estudio de ADN de la mujer, para determinar si resultaba ser hija de personas desaparecidas durante la última dictadura cívico-militar cuyos grupos familiares se encuentran registrados en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). La víctima prestó su consentimiento: el BNDG emitió su informe de perfil genético, en el que concluyó que las muestras de ADN extraídas “presentan nexo biológico con el grupo familiar de Poblete-Moyano (ramas materna y paterna)”, con un índice de parentesco “equivalente a una probabilidad del 99,999999 %”. Abuelas de Plaza de Mayo comunicó la noticia en diciembre de 2017, concretándose así el hallazgo de la nieta N°127.

“En nuestro país la última dictadura cívico-militar se complementó con la sistemática apropiación de los hijos e hijas de las personas detenidas, estas últimas, en la mayoría de los casos, aún hoy desaparecidas”, sostuvo la fiscalía en la acusación.

La responsabilidad penal de los acusados

Entre los acusados en el debate se encuentran dos integrantes del Departamento de Informaciones Policiales (D2) de la policía mendocina: a uno se le endilga haber sido el apropiador de la víctima y al restante haber figurado como testigo y suscrito la partida de nacimiento con datos apócrifos, junto a un tercer miembro de esa dependencia fallecido durante el proceso. Todos se desempeñaron en el centro clandestino de detención (CCD) que funcionó en la órbita del D2. El documento aludido consignaba como padre y madre biológicos a quienes desde hoy están en el banquillo de acusados.

La Unidad de DDHH del MPF con sede en Mendoza le atribuyó a la presunta pareja apropiadora y el hombre restante los delitos de sustracción, retención y ocultamiento de un menor de diez años, en calidad de coautores -que siguió cometiéndose hasta que se conoció el resultado del examen de ADN, ocasión en que la damnificada “pudo conocer su verdadera identidad y tener la posibilidad así de reestablecer el vínculo familiar que fue interrumpido inmediatamente después de su nacimiento”-; alteración de su estado civil, también en coautoría; y falsedad ideológica de instrumento público destinado a acreditar la identidad -en estos últimos casos por la especial relevancia que tuvo la inscripción en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas de la provincia de Mendoza del acta con datos filiatorios falsos.-

Plan Sistemático

La fiscalía había resaltado, en su requerimiento de elevación a juicio, que “en nuestro país la última dictadura cívico-militar se complementó con la sistemática apropiación de los hijos e hijas de las personas detenidas, estas últimas, en la mayoría de los casos, aún hoy desaparecidas”. Ese accionar criminal de lesa humanidad “importó la desaparición de los padres de los/las menores y la consecuente negación en revelarles a éstos (quienes ya son adultos de casi cuatro décadas) su origen biológico, el porqué de la separación y, finalmente, el destino de sus padres. Como consecuencia de ese plan, los/as niños/as de las personas desaparecidas por el terrorismo de Estado, fueron arrancados de su historia, confinados a años de ‘no saber’ y, con ello, a la construcción de una identidad basada en falsedades”.

La apropiación juzgada en este debate oral fue una de las modalidades, en que “las madres, encontrándose embarazadas, fueron trasladadas a diversos centros clandestinos de detención y mientras se encontraban ilegalmente privadas de su libertad dieron a luz a sus hijos en condiciones de absoluta clandestinidad. Luego de ello, sus hijos les fueron arrebatados, en algunos casos, inmediatamente y, en otros a los pocos días de haber nacido”. Las niñas y niños “no sólo no fueron entregados sino que tampoco se brindó información alguna que permitiera su hallazgo”: todos los hallazgos -en la mayoría de los casos las víctimas ya transitando su edad adulta- se produjeron “como consecuencia de datos que fueron recabados en forma privada por familiares u organizaciones no gubernamentales y puestos a disposición de la justicia”, resaltó el MPF.

JUZGAN EN MENDOZA A LOS APROPIADORES DE LA HIJA DE POBLETE MOYANO

El próximo 12 de marzo el Tribunal Oral 1 de Mendoza iniciará el juicio por la apropiación de la hija de la mendocina María del Carmen “Pichona” Moyano y el sanjuanino Carlos Poblete, cuyos secuestros se produjeron entre abril y mayo de 1977, en Córdoba. La niña fue dada a luz en junio en la ex ESMA y su nacimiento se inscribió semanas después en Guaymallén, Mendoza, bajo el nombre apócrifo de Miriam Lourdes Fernández.

Foto: Gaspar Galazzi

El exoficial de la Policía de Mendoza Armando Osvaldo Fernández es el principal acusado por la sustracción de la niña, a la que registró como hija biológica suya y de su esposa, Iris Yolanda Luffi, también imputada en esta causa. Está involucrado además el exoficial de policía Abelardo Santiago Garay, quien ofició como testigo del nacimiento junto al ya fallecido Eduardo Smaha Borzuk. La presentación la realizó Fernández con el auxilio de los antes mencionados, sin certificado médico.

Armando Fernández fue condenado reiteradamente a prisión perpetua en juicios previos desarrollados en Mendoza por su papel relevante dentro del esquema represivo local. Fue miembro de inteligencia del Departamento 2 de Informaciones (D2) y enlace policial ante la Comunidad Informativa, órgano de intercambio y planificación de la represión integrado por las tres Fuerzas Armadas y las de Seguridad.

POBLETE MOYANO

En esta causa Fernández es el principal procesado por el cargo de sustracción de una menor. Además, comparte con su esposa Iris Luffi y con Abelardo Garay la acusación de retención y ocultamiento de la víctima, alteración de su identidad y falsificación documental.

Nieta 127

El 27 de diciembre de 2017, Abuelas de Plaza de Mayo anunció en su habitual conferencia de prensa la identificación de la hija del matrimonio Moyano-Poblete después de una larga búsqueda iniciada por organismos de derechos humanos y familiares de la pareja. En este caso, fue la comisión Herman@s de la agrupación H.I.J.O.S. Mendoza la que, en su búsqueda de jóvenes apropiados y apropiadas, halló elementos claves y los puso a disposición de la Fiscalía Especial para que concluyera con éxito la identificación.

Hasta el momento de formalizarse la tarea investigativa, se sabía que Pichona Moyano había dado a luz a una niña en la ESMA, datos que surgían del juicio por la apropiación de bebés realizado en 2012 contra Jorge Rafael Videla. Las sobrevivientes testimoniaron que el parto fue acompañado por el médico Magnacco y que la bebé permaneció ocho días junto a su madre antes de ser arrebatada.

En marzo comienzan las audiencias

Según la abogada querellante por Abuelas de Plaza de Mayo, Viviana Beigel, el debate oral fue inicialmente previsto para noviembre del año pasado y reprogramado para marzo de este año por problemas de salud del imputado Abelardo Garay. No se ha comunicado aún la modalidad que adoptará el juicio, cuya audiencia inicial será el 12 de marzo.

 

COMIENZA EL JUICIO A LOS APROPIADORES DE LA HIJA DE CARLOS POBLETE Y CARMEN MOYANO

MEMORIA E IDENTIDAD – GRUPO “PICHONA” MOYANO
El 12 de marzo comienza el Juicio por la Apropiación de la hija de María del Carmen Moyano y Carlos Simón Poblete.
Entre nuestras tareas lxs integrantes del Grupo “Pichona” Moyano nos propusimos apoyar la búsqueda de Abuelas de Plaza de Mayo para encontrar a la hija de Carlos y Pichona. Sabíamos que al hijo de Ana Rubel (la compañera de cautiverio y amiga de Pichona en la ESMA) y Hugo Castro le había sido restituida su identidad en 2014 y lo convocamos para hacer un spot. El joven se llama Jorge Castro Rubel y accedió gustoso a brindar su apoyo.

Desde Memoria e Identidad – Grupo “Pichona” Moyano compartimos con ustedes una pieza audiovisual para profundizar la búsqueda de la hija de María del Carmen “Pichona” Moyano y Carlos Poblete. María del Carmen Moyano nació el 9 de mayo de 1954, en el departamento de Godoy Cruz de la provincia de Mendoza. Comenzó su militancia siendo muy joven, a los 17 años, en la Colonia 20 de Junio haciendo trabajo social. Sus compañeros de militancia la recuerdan como una persona agradable, de muy buen carácter, siempre sonriente y dispuesta a escuchar a quien la necesitara. Su compromiso militante como integrante de la Organización Montoneros la obligó a abandonar la provincia para proteger su integridad. Se trasladó entonces a la provincia de San Juan donde conoció a un compañero de militancia y de vida, Carlos Poblete. Se enamoraron y casaron. “Pichona” quedó embarazada y al poco tiempo fueron secuestrados. Ambos fueron vistos en “La Perla” abrazados sobre un colchón de paja. De Carlos no se tienen más noticias. Pichona, en cambio, fue vista en la E.S.M.A. donde dio a luz a una beba a principios de junio de 1977. Esta joven aún no ha recuperado su identidad. Luego del alumbramiento, Pichona fue sacada junto con una compañera que también acababa de ser madre. Nunca más se supo de ellas. En nuestro país falta encontrar a casi 400 nietas y nietos. En Mendoza presumimos que son al menos 4 los casos, puesto que María del Carmen Moyano, Adriana Bonoldi, Lucía Nallim de Quevedo y María Inés Correa Llano estaban embarazadas cuando fueron secuestradas. Agradecemos profundamente a Abuelas de Plaza de Mayo por su trabajo y el apoyo en nuestra búsqueda, así como al MEDH – Regional Mendoza y a la Comisión HERMANOS MENDOZA por mantenerla latente en nuestra provincia. También hacemos una mención especial a Jorge Castro Rubel (nieto recuperado 116), hijo de Ana Rubel y Hugo Castro, quien accedió generosamente a participar de esta acción. Según testimonios en sede judicial, su mamá Ana y nuestra querida Pichona compartieron amistad durante su cautiverio en la E.S.M.A. mientras cursaban su embarazo. Por último, nuestra gratitud a la Asociación “De Bulla y Barro” y a su área audiovisual, “Bulla Producciones” por la realización de la pieza de difusión. No cesaremos en la búsqueda de la hija de Pichona, por lo que les solicitamos y agradecemos difundir, compartir y promover este breve video, por todas las vías y canales posibles: MEMORIA E IDENTIDAD – GRUPO “PICHONA” MOYANO Asociación Civil “De Bulla y Barro

EN MARZO EMPIEZA EL JUICIO POR LA APROPIACION DE LA HIJA DE CARLOS POBLETE Y MARIA DEL CARMEN MOYANO

A mediados de marzo de 2021, comenzará en Mendoza el juicio por la apropiación de la hija del matrimonio de María del Carmen Moyano y Carlos Poblete, contra el matrimonio que la apropió y la crió como su hija biológica y un allegado.

MOYANO POBLETE

La joven recuperó su verdadera identidad en 2017, tras la búsqueda de Abuelas de Plaza de Mayo y otros organismos de derechos humanos locales que recolectaron información sobre el caso y la acercaron a Abuelas y a la Justicia. La joven nació en la Esma a fines de junio de 1977. Allí estaba encerrada su mamá, “la gorda” Moyano, mendocina, militante de Montoneros al igual que su compañero y papá de la beba, “El Tula” Poblete. Ambos fueron secuestrados en Córdoba entre abril y mayo de aquel año. Continúan desaparecidos. SERA UNO DE LOS DOS JUICIOS POR DELITOS DE LESA HUMANIDAD QUE EMPIEZAN ESTE AÑO EN EL PAIS.

El caso fue uno de los 15 que integraron el megajuicio por el plan sistemático de robo de bebés por parte la Junta Militar que, en 2012, culminó con Jorge Rafel Videla condenado a 50 años de cárcel. En principio, el próximo 12 de marzo el Tribunal Oral Federal número 1 de Mendoza va a comenzar a juzgar a Armando Fernández, uno de los principales efectores de la represión y la tortura durante la última dictadura en la provincia –cumple condena a perpetua por su accionar– e Iris Luffy, el matrimonio que se apropió de la hija de la pareja de militantes desaparecidos, y Abelardo Garay, quien fue el testigo de la inscripción de la niña como hija biológica de Fernández y Luffy.

 

Los padres

Maria del Carmen  Moyano

María del Carmen nació en Godoy Cruz, Mendoza, el 9 de mayo de 1954. Era la tercera de cuatro hermanos. Su familia le decía Pichona o La Gorda. Practicaba natación, jugaba al básquet y al vóley en el club Talleres. Cursó la primaria y la secundaria en la escuela Normal, donde fue una muy buena alumna.

Estudió Farmacia y Bioquímica en el Instituto Maza de Mendoza y trabajó en una oficina de Tránsito y Transporte como empleada administrativa. Empezó a militar en la villa San Martín, con un sacerdote -el padre Pedro-, quien luego también sería desaparecido por el terrorismo de Estado. En la villa se instaló un dispensario y se daba apoyo escolar.

Después del primer allanamiento en su domicilio, decidió mudarse a San Juan, a la casa de un tío. Allí conoció a Carlos, con quien formó pareja.Poblete Moyano, | Nuestros Nietos | Abuelas de Plaza de MayoCarlos Poblete

Carlos era sanjuanino, nacido el 2 de noviembre de 1944. Pertenecía a una familia numerosa: tenía once hermanas mujeres. Lo llamaban “Tula” o “Guillermo” y estudió Ingeniería Civil.

La pareja compartió militancia en la organización Montoneros. Luego de seis meses de novios, decidieron vivir juntos. Entre abril y mayo de 1977, María del Carmen y Carlos fueron secuestrados en Córdoba. Ella estaba embarazada de entre ocho y nueve meses. La pareja fue vista por sobrevivientes en el centro clandestino de detención La Perla, en Córdoba. Luego María del Carmen fue trasladada a la ESMA, donde dio a luz una niña. De acuerdo con los testimonios de sobrevivientes de ese campo de concentración, el parto fue atendido por el médico represor Jorge Luis Magnacco. Recordamos que este genocida fue recientemente excarcelado por cumplir dos tercios de su condena, a raíz de las bajas penas que recibió. La pareja continúa desaparecida.

La búsqueda

Desde el secuestro de Carlos y María del Carmen, sus familias iniciaron la búsqueda y presentaron el caso por la desaparición de la pareja y su bebé en Abuelas de Plaza de Mayo.

En 2012, la Comisión Hermanos de la agrupación H.I.J.O.S Mendoza radicó una denuncia ante la Oficina Fiscal de Asistencia en causas por violaciones a los derechos humanos cometidas durante el terrorismo de Estado sobre posibles casos de personas que podrían ser hijas de desaparecidos. Entre ellas, se encontraba la de quien hoy sabemos es la hija de María del Carmen y Carlos.

La Unidad de Derechos Humanos de Mendoza, en permanente interacción con la Unidad Especializada para casos de Apropiación de niños durante el Terrorismo de Estado de la Procuración General de la Nación, llevó a cabo diferentes medidas de instrucción con el objetivo de determinar si la mujer, anotada como hija propia de un matrimonio de esa provincia, vinculado al terrorismo de Estado, era hija de desaparecidos. La investigación concluyó con el requerimiento al Juzgado Federal N° 1 de Mendoza de la prueba genética a la víctima, con la que finamente se corroboró que se trata de la hija del matrimonio Moyano-Poblete.

En el marco de una causa judicial, en octubre de 2017, esta mujer fue citada por el Juzgado Federal Número 3 de Mendoza para realizarse el análisis inmunogenético. En la audiencia judicial intervino el equipo interdisciplinario de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), a solicitud del juez interviniente, para colaborar en el proceso. En los últimos días, a partir del estudio en el Banco Nacional de Datos Genéticos, se pudo determinar que se trata, efectivamente, de la hija de Carlos y María del Carmen.

Una vez más destacamos la importancia de que quienes tienen datos sobre hombres y mujeres nacidos entre 1975 y 1980 que podrían ser hijos de desaparecidos, los acerquen o hablen con ellos para acompañarlos en el proceso de búsqueda de su verdadero origen.

2021 CON MENOS JUICIOS POR DELITOS DE LESA HUMANIDAD
Según el más reciente informe elaborado por la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, el porcentaje de juicios agendados para el año recién estrenado “representa un descenso significativo” en comparación con aquellos 8 que prometían comenzar en 2020 y englobaban el 11 por ciento de los expedientes elevados a juicio.

Tan solo dos  juicios por delitos de lesa humanidad comenzarán en 2021 de un total de 75 expedientes que están en condiciones de adentrarse en la etapa de debate oral. 

A casi 15 años del comienzo del proceso de juzgamiento de los crímenes de la última dictadura, son tan solo dos los juicios por delitos de lesa humanidad que comenzarán en 2021 de un total de 75 expedientes que están en condiciones de adentrarse en la etapa de debate oral. Uno sucederá en Mar del plata y el otro en Mendoza. La pandemia de coronavirus afectó sobremanera el proceso de juzgamiento a genocidas de la última dictadura cívico, eclesiástica y militar, cuyos números en relación con su avance hace tiempo no son alentadores. Así, tras haber permanecido tres meses paralizado, el proceso registró caídas en la cantidad de sentencias emitidas en 2020, período en el que comenzaron solo 9 debates.

El 2021, sin embargo, viene peor. Por el momento, son tan solo dos los juicios que cuentan con fecha de inicio programada para las primeras semanas post feria judicial de verano, receso que culminará a fin de mes. La cifra representa el 3 por ciento del total de las causas en condiciones de ser analizadas en debates orales, 75 al momento. Según el más reciente informe elaborado por la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, el porcentaje de juicios agendados para el año que recién estrenado “representa un descenso significativo” en comparación con aquellos 8 que prometían comenzar en 2020 y englobaban el 11 por ciento de los expedientes elevados a juicio.