02-11-2022 | En esta audiencia se conoció la sentencia del Tribunal Oral Federal 2. Norberto Mercado, Oscar Pérez Fernández y Mario Ocampo fueron condenados a prisión perpetua, mientras que Luis Di Filippo fue sentenciado a 12 años de prisión, Luis Rizo Avellaneda fue condenado a 8 años de prisión y Aníbal Guevara fue absuelto. En los próximos 40 días se darán a conocer los fundamentos de la sentencia.
Antes de pasar a deliberar, el tribunal escuchó las últimas palabras de los acusados, instancia que tiene lugar luego de que finalizan los alegatos y sus réplicas. Con posterioridad, el Tribunal Oral Federal 2 de Mendoza leyó en San Rafael la sentencia: Norberto Mercado, Oscar Pérez Fernández y Mario Ocampo fueron condenados a prisión perpetua; Luis Di Filippo, a 12 años de prisión; Luis Rizo Avellaneda, a 8 años de prisión, mientras que Aníbal Guevara fue absuelto.
Últimas palabras de los acusados
Norberto Mercado refutó a la fiscalía, negó haber estado comprometido en el aparato del terrorismo de Estado y dijo que no hay pruebas que le den soporte a esa acusación. «Las policías provinciales y el personal penitenciario estaban subordinadas al mando militar sin posibilidad de opinión o de sugerir lo contrario de las órdenes. El mayor Suárez daba las órdenes y disponía de las detenciones. Nadie podía oponerse».
Mercado citó testimonios de víctimas y otros testigos de juicios anteriores como el de Federico Olmedo, Oscar Píndola y Carmen Estefanía de Martínez sobre sus detenciones, «y los más de 300 allanamientos y requisas ordenadas por Suárez en San Rafael. ¿Algún juez o fiscal se opuso o actuó?», señaló, en un intento de desligarse de las acusaciones sobre su responsabilidad.
«¿Cómo puedo ser yo autor mediato? ¿Dónde está el dominio del hecho de mi parte si carecía de mando, donde están las testimoniales en este debate que acreditan la acusación fiscal, salvo lo que dijo María Esther Dauverné, que es falso e injusto y que por ello no ha podido usarlo el fiscal en su acusación? Ninguna de las víctimas me acusan ni me mencionan», remarcó.
«Respecto de los homicidios de (…) Fagetti, Osorio, Tripiana y Sandoval, estos hechos ya fueron juzgados sin ningún tipo de fundamentación legal ni pruebas testimoniales ni documentales que lo acrediten. Es de nulidad absoluta esta imputación que me hace la fiscalía», postuló. Y concluyó: «Yo no pido clemencia ni perdón a nadie, tampoco a este tribunal, porque yo no hice nada ni cometí ningún hecho delictivo».
Oscar Pérez Fernández, quien era jefe del Departamento de Informaciones en San Rafael, se abstuvo de dar palabras finales. Luis Di Filipo pidió la palabra solo para remarcar su inocencia en los delitos que se le imputaron en este juicio.
El exteniente Aníbal Guevara, en tanto, volvió a criticar la parcialidad del tribunal, en particular apuntó a la jueza Gretel Diamante, a quien anteriormente cuestionó por su cercanía con familiares de expresos políticos. «Son nuestros hijos quienes por ahí nos hacen ver que estar todo el tiempo enfrentando estas cosas… Los hijos nos enseñan, yo tengo uno de ellos que integra una asociación que se llama Puentes para la Legalidad, que acaba de tener una audiencia privada con Bergoglio. Están en busca de ese puente, para salir de esa circunstancia de seguir alimentando la bronca sin sentido», señaló.
«Yo estoy acá, los puedo mirar a todos con los ojos bien abiertos y decir que son falsas las acusaciones y no puedo responder sobre lo que no sé», dijo, dándose vuelta y mirando a quienes estaban en la sala. Minutos antes, desde el público le habían pedido a Guevara que dijera dónde estaban los desaparecidos.
El exjefe de Inteligencia en San Rafael, Luis Rizo Avellaneda, fue el siguiente en hacer uso de la palabra. Insistió en que el testigo que lo involucró —Delfo Rodríguez, ya fallecido— por la detención junto a sus dos compañeros de Carbometal, lo confundió con otra persona. «El señor De la Barba nunca me acusó sobre este hecho», remarcó.
Mario Ocampo, tercero en la línea de mando de la Compañía de Ingenieros Montaña VIII, acusado por la desaparición del soldado Félix Órdenes, señaló: «Soy inocente de lo que se me está juzgando. No ordené, ni recibí ni cumplí órdenes ilegales. Todo oficial conoce que dentro de un cuartel la prioridad número 1 son los soldados, y más aún en esa época en que el servicio militar era obligatorio».
Tres condenas a perpetua
La sentencia fue firmada por Alejandro Piña, Gretel Diamante y María Carolina Pereyra. Se resolvió, por unanimidad, rechazar los planteos de nulidad de las defensas, encarnadas por Ariel Civit —defensor de Mercado y Pérez— y Ramiro Dillon —defensor de Di Filippo, Ocampo, Guevara y Rizo Avellaneda—. Luego el tribunal declaró a todos los hechos objetos de este proceso como crímenes de lesa humanidad, cometidos en contexto de genocidio y por tanto imprescriptibles.
En esa línea, condenó a Norberto Mercado a la pena de prisión perpetua como coautor mediato de homicidio doblemente agravado por alevosía y por concurso premeditado de dos o más personas por cuatro hechos, en perjuicio de Aldo Fagetti, Francisco Tripiana, Roberto Osorio y Pascual Sandoval.
También se le atribuyó por privación abusiva de la libertad agravada por mediar violencia y amenazas y por haber durado más de un mes por diez hechos, en perjuicio de Alfredo Porras, Nilo Torrejón, Ramón y Roberto Rosales, Orlando Flores, Jorge Valentín Berón, Luis Abelardo Berón, Juan Carlos Berón y Hugo Adelmo Riera e Isidro Calívar respecto a su primera detención; y privación abusiva de la libertad agravada por mediar violencias y amenazas por ocho hechos, en perjuicio de Aldo Fagetti, Francisco Tripiana, Roberto Osorio, Pascual Sandoval, Josefina González, Ricardo Ríos, Héctor Chávez y Hugo Magallanes.
Por último, lo responsabilizó por tormentos agravados por la condición de perseguido político de la víctima por dieciocho hechos, en perjuicio de Aldo Fagetti, Juan Carlos Berón, Luis Abelardo Berón, Jorge Valentín Berón, Ramón y Roberto Rosales, Orlando Flores, Nilo Torrejón, Francisco Tripiana, Roberto Osorio, Pascual Sandoval, Isidro Calívar, Alfredo Porras, Josefina González, Hugo Riera, Hugo Magallanes, Ricardo Ríos y Héctor Chávez.
El TOF 2 condenó a Oscar Pérez Fernández a prisión perpetua por homicidio doblemente agravado, por alevosía y por mediar concurso premeditado de dos o más personas, privación abusiva de la libertad agravada por mediar violencias y amenazas y tormentos agravados en perjuicio de Hugo Dardo Montenegro.
Fue penado también a prisión perpetua Mario Ocampo como autor mediato de homicidio doblemente agravado, por alevosía y por mediar concurso de dos o más personas, y privación abusiva de la libertad agravada por mediar violencia y amenazas en perjuicio de Félix Órdenes Velázquez. En tanto que el exteniente Aníbal Guevara fue absuelto por el secuestro de Héctor Ramón Ortiz Bellene, dirigente del Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE).
Por otra parte, el tribunal condenó a Luis Di Filippo, exoficial ayudante del D2, a 12 años de prisión como autor mediato de privación abusiva de la libertad agravada por violencia y amenazas y haber durado más de un mes por cinco hechos, en perjuicio de Alfredo Rafael Porras, Roberto Rosales respecto a su segunda detención, Hugo Adelmo Riera, Humberto Roca e Isidro Calívar, respecto de su primera detención.
Le adjudicaron la responsabilidad de privación abusiva de la libertad agravada por mediar violencias y amenazas por cinco hechos, en perjuicio de Francisco Tripiana, Roberto Osorio, Pascual Sandoval, Josefina González y Hugo Magallanes respecto de su segunda detención; y tormentos agravados por la condición de perseguido político de la víctima por diez hechos, en perjuicio de Roberto Rosales, Francisco Tripiana, Roberto Osorio, Pascual Sandoval, Isidro Calívar, Alfredo Porras, Josefina González, Humberto Roca, Hugo Magallanes respecto de su segunda detención y Hugo Riera. También lo condenaron por asociación ilícita en calidad de integrante.
Por último, el tribunal condenó a 8 años de prisión a Luis Rizo Avellaneda por ser coautor del secuestro de Delfo Rodríguez, Néstor de la Barba y Carlos Arrigosi — exempleados de Carbometal— y por aplicación de tormentos agravados por la condición de perseguido político de la víctima.