La causa investiga los crímenes de Adrián Rosace, Adrián Accrescimbeni, Rosa Corvalán y Roberto Arancibia, quienes fueron secuestrados y mantenidos cautivos en Campo de Mayo, y cuyos cuerpos aparecieron en las costas de Magdalena, Punta Indio y Las Toninas.
El veredicto en el juicio por los llamados “vuelos de la muerte” en Campo de Mayo se conocerá el próximo 4 de julio, cuando el Tribunal Oral Federal N°2 de San Martín dé a conocer la sentencia en la causa que investiga los crímenes de cuatro víctimas, cuyos cuerpos aparecieron en la costa bonaerense.
El debate, marcado por los testimonios de decenas de exconscriptos de aquellos años, comenzó en octubre del 2020, y según dijo a Télam Pablo Llonto, abogado de la querella, “hay mucha expectativa respecto del veredicto porque el proceso contó con elementos probatorios muy fuertes, y muy sustanciales”.
Del mismo modo se pronunció Ciro Annicchiaricho, querellante por parte de la secretaría de Derechos Humanos, quien dijo a esta agencia que “hay gran cantidad de material probatorio, por lo cual la expectativa sobre la sentencia es total”.
La audiencia -que se realizará de forma presencial- está prevista para las 9.30 y comenzará con las últimas palabras de los acusados, en tanto que se transmitirá por el Canal La Retaguardia, indicaron los familiares de las víctimas.
Desde la querella, Llonto dijo que “la prueba ha sido muy específica, muy abarcativa de todos los elementos”, y entre ellos, citó “la aparición de restos humanos en la costa, los testimonios sobre esas cuatro víctimas (cuyos cuerpos fueron arrojados) vistas en Campo de Mayo; y sobre todo, los testimonios de los colimbas”.
Estos fueron recogidos, en particular, gracias a una campaña realizada desde el Estado en los años 2011 y 2012, que “generó que muchos que hicieron la colimba, se presentaran espontáneamente a declarar”.
En este sentido, el letrado añadió que la particularidad del juicio tuvo que ver con que “hubo muchos testimonios de gente común, es decir, de personas que en aquel momento no estaban involucradas ni en la militancia, ni en el Ejército”.
“En este punto, fue trascendental, el relato de los jóvenes que hicieron al colimba y que declararon, sacándose así una fuerte mochila de encima, algo que se pudo apreciar en la emoción que demostraron muchos de ellos en las audiencias”, puntualizó el abogado, y lo contrapuso con el “desparpajo de los acusados al negar todo lo sucedido”.
Del mismo modo, Rodolfo Novillo, hermano de Rosa Corvalán, una de las víctimas, se mostró muy “esperanzado” en que “después de estos más de 40 años de sucedidos los hechos, pueda haber, no sé si justicia, pero al menos paz, para que mi hermana descanse como nunca pudo hacerlo”.
Para el mes próximo, se prepara un acto de homenaje en honor a Rosa Corvalán y a los 30 mil detenidos desaparecidos, que se realizará en Córdoba, en la Plaza de la Memoria de Villa Allende.
Rosa fue desaparecida en 1976 y su cuerpo encontrado meses después, ya en el año ´77, en la costa bonaerense, donde la Policía Federal lo enterró como NN hasta que finalmente se pudo acceder al análisis forense de los restos y se constató su identidad.
Durante el juicio, se analizó las responsabilidades de un grupo de militares retirados en el secuestro, las torturas y el homicidio de cuatro personas en total, entre ellos, los estudiantes secundarios Adrián Rosace y Adrián Accrescimbeni, Rosa Corvalán y Roberto Arancibia, que fueron secuestrados y mantenidos cautivos en Campo de Mayo, y cuyos cuerpos aparecieron en las costas de Magdalena, Punta Indio y Las Toninas y fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense.
Al inicio del debate, fueron cinco los acusados: el jefe de Comando Institutos Militares y multicondenado por crímenes de lesa humanidad, Santiago Omar Riveros, y los militares retirados Luis del Valle Arce, Delsis Malacalza, Eduardo Lance y Alberto Conditi.
Pero este último quedó fuera del juicio meses después de iniciado, debido a un deterioro irreversible en su salud.
A excepción de Riveros, el resto de los acusados eran pilotos militares e integraban diferentes áreas del Batallón de Aviación 601 que funcionaba en Campo de Mayo.
Por su parte, la fiscalía solicitó condenas de prisión perpetua para los cuatro acusados.
El pedido de penas del fiscal federal Marcelo García Berro y la auxiliar fiscal Mercedes Soiza Reilly coincidió con las querellas de la Secretaría de Derechos Humanos, la provincia de Buenos Aires y las que representan a familiares de víctimas particulares.
La fiscal Soiza Reilly dijo a esta agencia que “aún antes de escuchar la sentencia, este juicio ha logrado desentrañar el aparato represivo que permaneció oculto hace más de cuatro décadas, donde sus autores lograron una impunidad inconcebible en un Estado de derecho”.
“El juicio permitió reconstruir el aparato represivo que hizo posible la realización de los vuelos de la muerte en Campo de Mayo” y que “no fue una tarea sencilla, por un lado, porque la mayoría de las víctimas del Campito están desaparecidas, y por el otro, por el hermetismo que se dio desde la propia fuerza”, según explicó.
Y agregó: “La premisa de la que partieron los autores de estos crímenes fue el silencio” pero “con el devenir de la democracia, algunos pocos militares confesos y sobre todo, los pocos sobrevivientes del Campito dieron cuenta de la existencia de esta mecánica de muerte y fue así, como más de cuarenta años después estamos juzgado históricamente este tramo criminal”.
“Las expectativas que tenemos con este juicio son muy altas, el material probatorio que materializamos en el juicio fue contundente para probar la participación de cada uno de los responsables acusados”, afirmó la fiscal.
Desde la querella, Llonto añadió que “siempre se supo que el método de exterminio en Campo de Mayo eran los vuelos” pero que “no se conocía la metodología dentro de Campo de Mayo” algo que pudo saberse gracias a los testimonios de los exsoldados.
Por el juicio pasaron alrededor de 60 testigos.
Llonto también puso en valor la inspección ocular que se realizó en Campo de Mayo “en plena pandemia” donde “vimos los aviones utilizados que estaban allí abandonados, de origen italiano, a los que ellos les decían, Herculitos”.
“Algunos de ellos están individualizados y alguno de ellos se va a colocar en lo que será en Campo de Mayo, un espacio de memoria”, sumó el letrado.
En tanto, Novillo añadió que para los familiares, llegar a conocer el veredicto tiene que ver con “cerrar un círculo” y contó que debido a la importancia que tendrá para los seres queridos, “hemos pedido, ese día poder ingresar a la audiencia”.
“Queremos presenciar la lectura de la resolución de este tema, después de todo lo que hemos vivido. Creo que será un cierre para esta historia dramática”, concluyó.